Las pantallas
planas de cristal líquido, presentes en multitud de dispositivos electrónicos,
como los teléfonos móviles, las tabletas o los lectores de libros electrónicos,
se pueden utilizar para recargarlos, señalan investigadores del Instituto de
Tecnología de Massachussets (MIT), liderados por el español Amador Menéndez.
El trabajo se
basa en el parecido existente entre las células solares y las pantallas, ya que
ambas deben absorber la luz incidente para funcionar. En las pantallas la
ausencia de reflejos es lo que asegura que las imágenes son visibles en
condiciones de gran iluminación ambiente y que los colores oscuros se pueden
ver bien incluso a pleno sol, explican los investigadores en la revista Energy
and Enviromental Science de la Royal Society británica en la que se publica el
trabajo.
Esta energía se
pierde en forma de calor normalmente, pero los investigadores plantean
redirigir la luz hacia los bordes de la pantalla donde la puedan captar células
solares, tanto en condiciones de iluminación exterior como en interiores. Hasta
ahora este planteamiento tenía el problema de que parte de la luz no se
convertía y podía dañar la calidad de la imagen. La solución ha sido trasladar
al rango del infrarrojo (no visible para el ojo humano) la frecuencia de la
energía en forma de luz visible que se quiere aprovechar.
“En dispositivos
electrónicos como teléfonos móviles, el Ipad u otras tabletas, las pantallas
dominan la superficie frontal del dispositivo y consumen aproximadamente el 90%
de su energía. En la nueva tecnología que hemos desarrollado, es precisamente
esta pantalla, junto con unas pinturas depositadas sobre ella e invisibles al
ojo humano, la que permite la captura de la radiación solar o la luz de
interiores”, explica Menéndez, quien añade: “La sociedad presta mucha atención
al reciclaje de materiales, pero ya va siendo hora de reciclar también la luz”.
La luz la captan
en la pantalla concentradores solares luminiscentes polarizados linealmente que
la transmiten en el infrarrojo cercano a las células solares del borde. Estos
polarizadores se basan en dopar con tintes los cristales líquidos, en este caso
con cuatro moléculas fluorescentes diferentes.
Las células
pueden generar 10 microvatios por centímetro cuadrado con luz interior y entre
1 y 10 milivatios por centímetro cuadrado cuando están expuestas al sol.
Este sistema,
indican los investigadores, permite también el reciclaje de la luz trasera
emitida por el propio dispositivo (retroiluminación) que no se aprovecha en más
de un 90% y que de lo contrario se perdería en forma de calor en filtros y
diferentes capas ópticas. Existen lectores de libros electrónicos, los que
utilizan la tinta electrónica, que al, no tener esta iluminación, son más
eficientes, y uno de los objetivos de los investigadores es combinar las
prestaciones de lectores y teléfonos inteligentes.
Con este
aprovechamiento de la luz aumenta significativamente la eficiencia energética
de estos dispositivos de pantalla plana, lo que prolonga la duración de sus
baterías. En ambientes interiores la duración se podría multiplicar por 10 o 15
y bajo luz natural podrían ser completamente autónomos, abasteciéndose
exclusivamente de la luz solar.
(Fuente:
www.elpais.com)