Internet es
cada vez más móvil y está menos asociado a un ordenador de sobremesa. Las
nuevas redes celulares de cuarta generación (4G) permiten velocidades de
conexión a la Red comparables a las de la banda ancha fija. Y los terminales (tanto
los smartphones como las tabletas) permiten funciones avanzadas que precisan de
acceso web. Esa explosión de Internet en movilidad se traduce a la cuenta de
resultados de las operadoras, cuyos ingresos por banda ancha móvil han superado
por primera a los de la fija en el segundo trimestre de 2014.
El tráfico
de datos móviles es el nuevo granero de fondos y rentabilidad para las
compañías, en un escenario de fuerte competencia en el que las bajadas de
precios en las llamadas de voz son constantes y las compañías buscan en los
datos compensar esa caída. En el segundo trimestre de 2014, la banda ancha móvil
facturó en ese periodo 889 millones de euros, casi un 10% más que en el mismo
período del año anterior; mientras que la banda ancha fija ha ingresado 882
millones, un 1,9% menos, según el Boletín estadístico trimestral de las
telecomunicaciones y del sector audiovisual publicado por la Comisión
Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Ese vuelco
se ha producido en apenas dos años porque a comienzos de 2012 la diferencia de
ingresos entre la banda ancha fija y la móvil era del orden del 40%, pero la
continua caída de la primera y el ascenso de la segunda ha forzado ese sorpasso.
Paralelamente, las líneas de banda ancha móvil ascendieron a 33,6 millones, con
un crecimiento interanual del 19,2%.
Muy en
consonancia con este cambio de hábitos el usuario quiere conexión permanente
independientemente de la tecnología de acceso, es el ascenso imparable de los
paquetes como Fusión de Movistar, Red y Base de Vodafone o las tarifas animales
de Orange. En el último año, los paquetes cuádruples (telefonía e Internet
tanto fijo como móvil) han crecido un 83% hasta alcanzar los 5,7 millones,
mientras que los quíntuples (incluyen televisión de pago) se multiplicaron por
cinco, hasta los 1,5 millones.
Los datos de la CNMC apuntan a que el usuario usa el
móvil para las conexiones más habituales (navegación web, lectura de prensa,
correo electrónico, mensajería…) y el ordenador de sobremesa para aplicaciones
que exigen descarga masiva de datos (vídeos, descargas multimedia o streaming).
De ahí, que las líneas de banda ancha de más de 30 megas hayan subido un 70,4%,
hasta los 2,4 millones de líneas. Las compañías saben que las tecnologías
basadas en la línea de cobre (ADSL) tienen fecha de caducidad y están
desplegando a toda prisa redes de nueva generación —fibra óptica y cable— que
han aumentado un 47% hasta superar los 20 millones de accesos instalados,
aunque de estos solo 3,8 millones están efectivamente contratados.
En esta expansión solo hay un dato negativo. La brecha
digital, es decir, la diferencia de acceso a las tecnologías que según la
escala socioeconómica de los usuarios, se está trasladando también a la
telefonía móvil. La disponibilidad de algún teléfono móvil es prácticamente total
en todos los hogares. Sin embargo, las que tienen acceso a Internet móvil
varían notablemente según la renta: el 36% para los hogares con menos ingresos
(menos de 900 euros) y el 61,4% para los de mayores ingresos (más de 3.000
euros), según el estudio Tecnologías orientadas a la movilidad, realizado por
el Ministerio de Industria y la Fundación Vodafone España.
Otro dato
positivo que recoge el informe de la CNMC es la recuperación del sector
audiovisual. La facturación de esta industria aumentó un 3,2% en tasa
interanual, hasta los 973 millones de euros (subvenciones excluidas), lo que
significa el primer dato positivo desde el tercer trimestre de 2010. Esta
recuperación es aún más sólida en los ingresos publicitarios, que aumentaron un
8,5% en el segundo trimestre de 2014, y ya acumulan tres trimestres en
positivo.
Fuente: www.elpais.com)