Detrás de la compra de ONO por parte de Vodafone había
muchas razones, necesarias para justificar el desembolso de 7.200 millones de
euros. La principal no se le escapa a nadie, la red de cable que ostentaba la
adquirida, que llega a más de siete millones de hogares y es la única que puede
rivalizar, en tamaño, con la red de fibra de Movistar.
Pero además de hacerse con una importante red fija Vodafone
también ha logrado meter tierra de por medio con su inmediato perseguidor,
Orange. Gracias a la compra de la cablera los británicos logran mantener el
segundo puesto de operador con más líneas móviles en España, aunque lo podría
perder si lo franceses se hacen finalmente con Jazztel.