El móvil es el
primer dispositivo de consumo, como prueba el hecho de que hay más líneas
móviles que población. Pero aunque imprescindible, últimamente también se ha
convertido en un objeto de lujo. La generalización de los smartphones, los teléfonos
inteligentes que permiten desde conectarse a Internet a todo tipo de
aplicaciones, ha traído consigo un aumento general del precio medio de los
móviles. Ese elevado precio, unido a la crisis económica, ha disparado el
negocio de reparación de móviles, que se ha duplicado en dos años, según las
cifras facilitadas por las operadoras.
Precisamente,
las grandes compañías de telefonía (Vodafone, Movistar, Orange y Yoigo) han
reparado en 2014 más de dos millones de terminales en sus servicios técnicos
oficiales, según las cifras facilitadas por las compañías. Lo que hasta ahora
era una actividad residual, se ha convertido en un importante segmento de negocio
y, sobre todo, en un arma comercial para tener satisfechos a los clientes.
Las operadoras le disputan este negocio a miles de
pequeñas tiendas de reparación, que también han proliferado al calor de la
crisis y la expansión de los smartphones. Con un parque de terminales activos estimado
por los fabricantes en torno a los 70 millones (en España hay 51 millones de
líneas móviles, pero muchos usuarios poseen más de un móvil), actualmente más
del 80% de los nuevos dispositivos que se compran son smartphones (Informe de la Sociedad de
la Información 2013, Fundación Telefónica).
El coste medio
de una reparación es de 116 euros, aunque lo que realmente paga el usuario son
40 euros de media, debido a que gran parte de las averías está en periodo de
garantía, según datos de las operadoras. El día de la semana que más móviles se
envían a reparar es el martes, y los meses del año con mayor volumen de
actuaciones se concentran alrededor del verano (julio y septiembre), “por los
inevitables percances de playas y piscinas del periodo vacacional”, indica un
portavoz de Vodafone.
Las causas de
daños más frecuentes son la rotura de pantalla (la principal, a mucha distancia
del resto); aparato mojado; fallo de iluminación; el teléfono no enciende, no
carga o se apaga solo; y errores en la configuración de software,
aplicaciones o conectividad del equipo.
Entre las
operadoras más activas está Vodafone. En mayo pasado puso en marcha una
división comercial específica y en la actualidad repara entre 70.000 y 80.0000
móviles al mes. La compañía garantiza la reparación en un plazo de cinco días
laborables, y en el supuesto de que no se cumpla este plazo, el cliente tiene
derecho a recibir un nuevo smartphone de características similares o superiores.
El
60% de los clientes que llevan su terminal a reparar cogen un teléfono de
préstamo, para lo que cuentan con más de 30.000 unidades, disponibles en las
1.000 tiendas de su red comercial. Además, en los centros más grandes, el
arreglo se hace en el propio establecimiento. En cerca del 65% de los casos el
teléfono está reparado en menos de una hora, y en más del 75% en menos de dos.
(Fuente: www.elpais.com)