La Comisión Europea ha autorizado este miércoles sin
condiciones la compra de la firma española de cable Ono por parte de la
operadora británica Vodafone tras constatar que la operación no plantea
problemas de competencia en el mercado comunitario.
Tras esta autorización, se estima que la operación se
cerrará en un plazo de dos o tres semanas, según apuntaron en fuentes de
Vodafone. Una vez se complete la transacción, los clientes de Ono y Vodafone
seguirán disfrutando de los mismos servicios que tenían contratados hasta la
fecha y gozarán de las mismas líneas de soporte, servicio e información que
venían utilizando habitualmente.
Esto significa que en el corto plazo no se producirán
cambios en la organización. En paralelo, equipos de ambas compañías trabajarán
en el diseño de una oferta comercial conjunta. "El objetivo es ofrecer a
los clientes, cuanto antes, los servicios más completos de comunicaciones
convergentes -voz, Internet y TV- sobre la infraestructura 4G de Vodafone, la
red de fibra de Ono y la que está desplegando Vodafone", señalan las
mismas fuentes.
La investigación de Bruselas ha
puesto de relieve que las actividades de las dos empresas son "en gran
medida complementarias". Ono opera principalmente en el sector de las
telecomunicaciones fijas, mientras que Vodafone lo hace sobre todo en el de las
móviles. Ono también presta servicios de televisión de pago, pero Vodafone, no.
En cuanto a los solapamientos que existen entre las
actividades de las dos empresas en los mercados de telecomunicaciones fijas y
móviles, la Comisión considera que éstos son "limitados" y que la
entidad resultante de la concentración tendrá que seguir enfrentándose a
rivales importantes como Telefónica, Orange y Jazztel.
La operación da lugar también a algunas relaciones
verticales y de conglomerado en los mercados de las telecomunicaciones fijas y
móviles en España, en particular en relación con la prestación de servicios
múltiples incorporados.
Sin embargo, la investigación de la Comisión reveló
que la entidad fusionada no estará en condiciones de excluir operadores fijos o
móviles de los mercados de servicios múltiples, debido a la disponibilidad de
operadores alternativos y a las obligaciones reglamentarias en relación con el
acceso al por mayor a servicios móviles y fijo. Por consiguiente, la Comisión
ha llegado a la conclusión de que la operación no obstaculizará de forma
significativa la competencia efectiva en España.
La adquisición se notificó a Bruselas el 23 mayo 2014.
Vodafone y Ono llegaron a un acuerdo preliminar de compra el pasado marzo. Con
la incorporación del negocio de la firma española, Vodafone busca posicionarse
en el mercado de la banda ancha ultrarrápida y hacer frente a la oferta de
fibra de Telefónica.
(Fuente: www.elpais.com)