Si vas a comprar por Internet este verano, ten
cuidado. Las compras en la red son más cómodas, pero pueden convertirse en un
peligro. Desde el instante en que tecleamos una palabra en nuestro buscador,
estamos proporcionando una porción de nuestra identidad al misterioso abismo de
Internet. De algún modo, estamos proyectando un clon informático en el
ciberespacio.
Podemos decir que hoy todo está informatizado, que no
existe prácticamente actividad humana para la que no se haya creado ya una
aplicación. Las compras en la red se han ganado a los escépticos por las
facilidades que conllevan. Comprar en la nube es más rápido, más cómodo y
muchas veces, más económico. Hasta aquí todo son ventajas.
El problema es que al tiempo que avanzan las
posibilidades en Internet, aumentan las formas de corromperlas. En la web se
encuentran manuales completos para estafadores en potencia, conferencias sobre
hacking e incluso blogs titulados «Cómo hackear una tarjeta de crédito». La
información es poder, y es poder porque es medio, es un puente a nuestros
conocidos, a nuestra familia, a nuestra vida y al más antiguo de los poderes:
es un puente a nuestro dinero.
El delito informático más común lleva el nombre de carding.
Esta técnica consiste en el uso ilegitimo de las tarjetas de crédito, o de sus
números. Una de las formas más habituales de carding tiene lugar en los
portales e-commerce. El estafador se cuela en un portal de compra-venta
reconocido y a continuación pide un adelanto del importe para que el usuario
complete el pago más adelante. Sin embargo, el comprador nunca recibirá lo que
ha comprado, ni mucho menos recuperará su adelanto.
Otra estafa es la que se realiza por medio de una botnet
(red de ordenadores) capaz de redireccionar la información que el usuario
introduce en su PC al sistema del hacker, de forma que tenga en su poder todos
los datos.
Puede que la mayor de las farsas sean las fake
shops. El estafador crea una tienda falsa donde finge vender productos para
conseguir datos de cuentas bancarias. A estos portales suele accederse a través
de links que se han enviado en correo spam.
Por último, hay algo que hace que incluso los portales
más seguros, los de las propias cuentas bancarias, se vean vulnerados. El
hacker averigua los números de la tarjeta de combinaciones a través de un
programa capaz de memorizar todo lo que se escribe en el ordenador en cualquier
momento, de forma que el propio estafador consigue una réplica de la tarjeta.
Ante esto puede parecer que no hay lugar seguro en
Internet. Sin embargo, existen algunos consejos que pueden evitar un disgusto:
1. Instala un buen antivirus: Los hay gratuitos y aunque sean de
pago, si son buenos, el coste siempre compensará si lo comparamos con el que puede
provocarnos una estafa. Los antivirus son un buen filtro ante ciertas páginas
dudosas como las fake shops. Es recomendable descargarlos de la página
original.
2. Revisa las políticas de comercio electrónico de la
página: Infórmate
siempre de las condiciones de compra y acude al apartado «Quiénes somos», para
comprobar que estén los sellos «VeriSign», «Trust-e» o «Confianza Online».
Estas etiquetas son una garantía de que la página ha pasado por una inspección
e indican fiabilidad.
3. Comprueba que la conexión es segura: Es importante que los portales de
compra-venta a los que acudas los hayas buscado previamente en tu buscador y no
accedas a ellos a través de un link. Además, antes de realizar el pago, fíjate
en la barra de direcciones. En ella debe aparecer el código «HTTPS» –y no HTTP-
y junto a él, un pequeño candado que indica que la conexión es cifrada, por lo
que las posibilidades de que alguien intercepte tus datos son muy pocas.
4. Usa teclados virtuales al introducir datos
bancarios: Una de las
técnicas más avanzadas para hackear datos consiste en redireccionar la
información de un PC a otro. Para evitar que esto ocurra son muy útiles los
teclados virtuales, más seguros que el teclado convencional.
5. Activa el sistema de aviso por medio de mensaje de
texto que facilitan los bancos: Una vez que el sistema está activo, cuando realizas una
compra o transferencia recibes la información en tu teléfono personal. De esta
forma puedes asegurar que también tu entidad bancaria está al corriente de lo
realizado.
(Fuente: www.expansion.com)