El año que acaba de empezar puede ser el primero de un
futuro sin tarjetas bancarias. Los principales protagonistas de un sector muy
fragmentado compuesto por fabricantes de móviles, operadores, comercios y
bancos, acaban de lanzar o están a punto de sacar al mercado sus aplicaciones
para sustituir las tarjetas de crédito por el móvil. El objetivo es ser uno de
los dos o tres supervivientes que queden tras esta guerra de los sistemas de
pago. Porque conquistar los corazones de los consumidores puede añadir varios
ceros a sus beneficios.
La tecnología necesaria para el pequeño milagro que haga a
los consumidores cambiar la tarjeta de crédito por el smartphone para ahorrarse
unos segundos —quizá unos minutos—, ya está lista. En algunos comercios se
empieza a poder pagar mediante este sistema, aunque todavía son pocos. Otros
gigantes como El Corte Inglés todavía están trabajando en ello. El 6,2% de los
españoles paga ya con su móvil en tienda física, según un estudio de
Mastercard. Se calcula que en 2018 se realizarán más del 50% de los pagos con
el móvil y en 2020 será el método predominante.
Llegar hasta este punto ha sido más lento de lo que se
pensaba en el sector financiero y el tecnológico. Con la puesta en marcha de
iniciativas para pagar con el móvil, se descubrió que era bastante complicado.
“El mayor ejemplo es Mobipay, que salió en 2001”, dice David Alonso, director
de empresas de Samsung España. “Era mucho mas difícil pagar mediante este
sistema que sacando la tarjeta de crédito, y para más inri los usuarios tenían
que pagar un poco más. Fue un fracaso”. Han sido necesarios móviles bastante
más inteligentes, y por ahora solo podrán sumarse a este sistema de pago
quienes cuenten con terminales con sistema operativo Android 4.4 o superior.
En el último año han salido distintas iniciativas que usan
la tecnología HCE (Host Card Emulator), que permite almacenar credenciales de
cada tarjeta bancaria en la nube. Hay aplicaciones de bancos, como BBVA Wallet,
La Caixa pay o la Tarjeta Virtual Móvil de Bankinter. También de operadoras,
como Vodafone Wallet, que permite pagar con cualquier tarjeta Visa o Mastercard
independientemente de la entidad bancaria española a la que pertenezca, una
innovación en España. Y hasta de comercios, como Mercadona, VIPS, Starbucks o
Repsol.
“El objetivo de todos ellos es tener enganchados a sus
clientes ofreciéndoles tarjetas de fidelización, descuentos o financiación”,
dice Rafael Conde, director de innovación de Vector, que ofrece tecnología a bancos
y grandes comercios. El motivo de las prisas de todos por ofrecer sus sistemas
de pago con el móvil es adelantarse a la irrupción del gigante Samsung, que
comunicó el lanzamiento en Europa de su aplicación para principios de este año.
El fabricante coreano de móviles la estrenó en agosto en Corea del Sur y en
octubre en Estados Unidos. Ahora saldrá en China y Europa, con España y Reino
Unido como mercados pioneros. Alonso, el encargado en Samsung España de
negociar con los distintos actores, remarca que su compañía va a sacar una
“solución global, que funcione con todas las tarjetas bancarias, lo que es
diferente a una solución local”.
Apple también tiene previsto lanzar su sistema este año,
aunque en su caso solo funcionará con sus móviles iPhone 6S y en el sector
creen que, si aspira a ser protagonista en Europa, no tendrá más remedio que
abrirlo.
Además de estos sistemas, CaixaBank, Santander y Telefónica
han lanzado una aplicación que facilita hacer ingresos entre personas, Yaap.
ING, por su parte, acaba de sacar Twyp, también de transferencias, cuyo nombre
“es horroroso, pero práctico una jartá”, según dice Carmina Barrios, madre del
actor Paco León, en el anuncio de la aplicación. “Lo sacamos porque comprobamos
que el 15% de nuestros usuarios solo acceden a su cuenta a través del móvil”,
dice Gonzalo Caselles, director de medios de pago del banco.
La competencia en el sector se ha centrado en dos aspectos:
que el sistema sea fácil y seguro. Quien logre esas dos condiciones y se
adelante al resto de los competidores, se llevará el gato al agua. A quien le
preocupe que le roben el móvil y con él su método de pago, puede estar
tranquilo: el elemento seguro reside en la nube, no en la tarjeta, y en cada
transacción se revalida el código.
(Fuente: www.elpais.com)