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miércoles, 28 de abril de 2010

Localización y redes sociales

¿Es peligroso mostrar dónde estás en redes sociales de geolocalización?

Escrito por Eduardo Arcos
Una de los temás más recurrentes y de las cosas más de moda durante 2010 es, claramente, las redes sociales basadas en la geolocalización. Esto es sitios donde le cuentas a tus contactos (o a “todo el mundo” sin discriminación) dónde te encuentras físicamente con Foursquare, Gowalla y Google Latitude siendo los principales competidores en este campo, aunque Nokia está haciendo fuertes entradas en este campo habiendo comprado Plazes y Dopplr (el primero un precursor en las redes sociales de la geolocalización y el segundo enfocado, sobre todo, en viajes).
La idea de crear redes sociales alrededor de su geoposición es acercarlos físicamente. ¿Qué mejor que estar por alguna zona de tu ciudad y saber si algún amigo/familiar está por ahí, escribirle y quedar con él o ella inmediatamente o caminar en “modo turista” y encontrar sitios para tener una muy buena cena simplemente leyendo las recomendaciones de persoans que han estado por ahí antes? dicen que el internet aisla a la gente pero este tipo de servicios comprueba que es justo lo contrario como ya lo hablamos en este mismo blog el pasado noviembre.
Nos queda claro que las redes sociales nos pueden acercar, ¿pero qué hay de la privacidad? en años recientes se han dado eternas discusiones acerca de los supuestos peligros que hay alrededor de este tipo de servicios, la mayoría se centran en:
Facilitan el secuestro
Pueden asaltarte
Pueden asaltar tu piso o casa, ya saben cuando no estás ahí
¿Por qué quisieras mostrar tu posición geográfica?
Los primeros tres puntos de discusión tienen relación con la seguridad personal de una persona cuando decide mostrar “dónde está parado en estos momentos” y generalmente se repiten entre personas que se encuentran en zonas donde hay un nivel de delincuencia mayor. La discusión se amplificó especialmente después de la salida de PleaseRobMe.com (se traduce en “por favor róbame”), un sitio que recopila tweets publicados desde Foursquare en plan “esta persona salió de su casa, ya puedes ir a robarla”. Eso me recordó a cierto argumento de privacidad habitual a finales de los setenta e inicios de los ochentas: el contestador automático del teléfono.
Con serio peligro de sonar como un viejo analógico resulta que en esas épocas muchísimas casas tenían instalado una contestadora telefónica (el fijo de toda la vida). Era un aparato (no un servicio ofrecido por la telefónica) que, al igual que el servicio de contestadora del móvil, descolgaba y reproducía una grabación, pero se guardaba en cintas (como en las películs, pues). Bueno, el argumento decía:
No dejes activado el contestador telefónico porque así los ladrones van a saber cuando no estás en casa.
¿Conocen a alguien a quien le hayan entrado a robar a su casa por culpa de la contestadora telefónica? yo tampoco.
El último argumento tiene que ver con la percepción de privacidad que tienen las generaciones un poco mayores con las generaciones más jóvenes. Mientras los mayores se cuestionan la necesidad de avisarle al mundo dónde estás pasado parece que nuevas generaciones agradecen el mantener una conexión permanente y cercana con sus amigos y conocidos. Tienen una percepción más relajada acerca de los datos públicos que hay en la red acerca de ellos. No se piensa en términos de si está bien o está mal, se piensa en términos de la creación de una identidad digital.
¿Es peligroso? aunque sinceramente lo dudo mucho, es cierto que puede llegar a ser complicado dar una respuesta definitiva, pero los dejo con la siguiente reflexión: mientras algunos programas de TV y otros medios tradicionales hacen especial presión acerca de los peligros del internet y las redes sociales no he tenido conocimiento alguno de robos o secuestros por culpa de la información publicada en este tipo de herramientas pero sí han sido mal-usadas para encontrar y publicar información privada (generalmente fotos en perfiles de Facebook o Tuenti) sin autorización de personas que fueron asesinadas o han sido secuestradores (usando métodos habituales/tradicionales). ¿Quién es el verdadero peligro entonces?