Parecía una
norma no escrita. De hecho, los fabricantes empezaban a dotar a sus teléfonos
con dos gigas de RAM para poder hacer frente a futuras actualizaciones. Sin
embargo, Google ha optado por dejar en 512 megas el mínimo de memoria de acceso
aleatorio (que es lo que significa RAM) para poderse actualizar.
Otra de las
mejoras que se percibirán en este aspecto se desvelará cuando se sature el
móvil con un gran número de aplicaciones abiertas a la vez. El control de
cambios del sistema será constante para evitar los picos de carga. Los procesos
de apertura de aplicaciones serán progresivos y con prioridades por grupos. No
es algo que el usuario común vaya a controlar o sentir de manera diferente,
pero sí sentirá que su móvil no se queda varios segundos colgados, pensando...
En la zona para
desarrolladores de Android, que son los que tienen más interés en adaptarse al
nuevo estándar, se desvela otra clave interesante. El almacenamiento, o mejor
dicho, cómo se gestiona y dónde se guardan los documentos de manera automática.
No solo se pueden almacenar en Google Drive, sino también en Box, por ejemplo.
Los proveedores que se adapten a este sistema operativo podrán ver cómo aumenta
el uso de su servicio. Para el usuario apenas habrá diferencia. Podrá, por
ejemplo, abrir una foto o un texto guardado, editarlo con un programa adicional
y guardarlos sin tener que dar rodeos o confirmar que da permiso en cada paso.
Esta solución,
interesante e ingeniosa, no es del todo novedosa. De hecho, es una de las
primeras preguntas que hace Windows 8 durante el proceso de configuración. Google no deja de promover una de las tecnologías con
menos usos reales aunque sí potenciales, el chip NFC, cada vez incluido en más
terminales. A pesar de su intento de popularizar en EEUU Google Wallet como
forma de pago, vuelven a la carga con una modificación para hacer su uso más
fácil como forma de pago en autobuses o descuentos en locales… En este caso, el
éxito dependerá de la adopción y creación de aplicaciones por parte de los
programadores.
Aunque las
impresoras parecen cosa del pasado siguen siendo útiles. ¿Quién no ha tenido un
momento de desesperación al querer tener un documento en papel y darse cuenta
de que solo estaba en el teléfono o la tableta? 4.4 crea la posibilidad de
tener configuradas impresoras remotas y recoger después lo imprimido. La
intención de Google es promover que cada vez más aplicaciones incluyan la
opción de “mandar a la impresora”.
El chip M7 del
iPhone 5S abre la puerta a las aplicaciones deportivas, si a esto se le suma la
gestión de aparatos Bluetooth de bajo consumo, ya empiezan a verse los
resultados al abrir, por ejemplo, Runtastic. Android está algo rezagado en
esto. Entre otros motivos, porque cada fabricante emplea unos procesadores
distintos.
Esto no evita
que Google comience a tomarse en serio e intente popularizar el uso de
sensores, ya sean cardiacos o de otro tipo, con tecnología Bluetooth avanzada.
Con Android 4.4 se deja de lado la exigencia de estar en comunicación constante
para compartir los datos por paquetes. El sensor sigue funcionando y
almacenando datos, pero es más eficiente. Nexus 5, por ejemplo, incluye
podómetro y detección de movimiento por hardware, por lo que el ahorro
de batería sería mayor todavía.
El contenido
manda. Al menos en la web. Google lo denomina “modo inmersivo”. Si se quita la
capa de márketing se puede resumir en que ofrecen el contenido más limpio, sin
marcos. Esto resulta especialmente práctico en el navegador, pero también en un
editor de fotos, donde siempre se echa en falta una mayor superficie para
retocar la imagenm, o en el lector de libros electrónicos. Al deslizar el dedo
en los bordes de la pantalla se desplegarán las herramientas o el menú
contextual.
En lo meramente
estético, 4.4 apuesta por las transiciones entre aplicaciones con
transparencias, dando sensación de ser algo más limpio. Se promueven las
notificaciones con más información. Se pretende ir más allá del mero aviso,
para que contenga algo relevante en el interior con iconos, progreso de la
tarea o un cronómetro contando. Estos dos aspectos dependerán mucho de las
ganas que tengan los desarrolladores de mejorar sus programas actuales.
(Fuente: www.elpais.com)